miércoles, 10 de marzo de 2010
La educación física y la lectura
(segunda de tres partes)
Jesús Bartolo
¿De qué manera interviene la educación Física en el desarrollo de la lecto-escritura? Vayamos al meollo del asunto: mediante la estimulación sensoperceptiva tónica, táctil, plantar, laberíntica y espacio temporal que permitirán en el individuo reacciones motrices ante impulsos imprevistos, sean estos visuales, acústicos, ópticos. Una ubicación con respecto a direcciones, áreas, alturas, etc. En su ritmo corporal ante estímulos propios y externos, identificando y reproduciendo movimientos a diferentes velocidades, considerando los acentos, las pausas y la cadencia. La sincronización, que permiten ordenar adecuadamente la participación de las masas musculares. Así como la diferenciación de movimientos, resultado de la selección de las masas musculares que participan con una contracción óptima para lograr una tarea, así como la adaptación de los mismos a estímulos imprevistos.3 Todo esto nos llevará la ejecución de movimientos pensados donde la motricidad gruesa y fina se manifestará en el alumno que ejecuta un trazo (las letras) y decodifica lo que escribe.
Al estimular al educando en sus fases sensibles (momentos temporales de acuerdo a su edad, donde son más receptivos) de manera correcta con la práctica de la educación física, redundará en facilitar la tarea al maestro de grupo para que el alumno aprenda a escribir y leer de una manera más rápida, llegando a su vez al desarrollo pleno del lenguaje que es un factor capital para mejorar la capacidad de raciocinio, abstracción, juicio para desarrollar las emociones y la imaginación.
Hasta aquí, la reflexión me lleva a la dicotomía movimiento-lectura, ambos propician aprendizajes autónomos, producen placer, le dan una individualidad al sujeto. Favorecen la imaginación, que también tiene que ver con la realidad inmediata siendo uno de los resortes más poderosos de las actividades internas y externas de las personas en los roles que juegan en la sociedad, así como también en los momentos de ocio y esparcimiento. Con esta certeza confirmo: todas las actividades de los seres humanos tienen una relación permanente con la imaginación.
Los profesores deben de ser también grandes lectores, sino, todo lo anterior carecería de sentido. La constante actualización llevará a los mentores hacia la innovación, pues al poseer mayores recursos intelectuales su capacidad de bien enseñar será mayor. La realidad nos rebasa, en el nivel básico educativo, realmente son muy pocos los maestros que leen, tanto de las materias que imparten, como de literatura. Pero bueno, esa es otra historia mucho más amplia y delicada de tocar, lo menciono así de manera general, porque en esta área hay grandes debilidades que deben atenderse.
La lectura y la escritura, nos capacita para pensar mejor, para analizar y discernir, para entender a los demás y hacernos entender, para formar nuestro criterio y compartir con los demás nuestras opiniones, nuestra propuesta y visión del mundo.
Quien lee confronta su pensar con el del autor, de la misma manera con la realidad de quien escribe con quien lee. Existe un movimiento que nos permite llegar a un conocimiento.
La Educación Física, a su vez, logra mediante las experiencias sentidas y vividas en la estimulación perceptivo-motriz el favorecimiento del desarrollo de las capacidades intelectuales como el análisis, la síntesis y la abstracción. Aquí también hay una ligadura que no se puede romper entre la Educación Física y la Lectura.
Los procesos sistemáticos de los ejercicios físicos actúan sobre los procesos intelectuales y viceversa, los intelectuales inciden en las actividades de la educación física.
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