lunes, 15 de febrero de 2010

La educación física y la lectura


(primera de tres partes)
Jesús Bartolo

Los hábitos intelectuales y perceptivo-motrices que se adquieren en el aprendizaje de la lectura nos marcan para toda la vida, afirma Malmquist. El programa Nacional de Educación Física nos dice: el desarrollo de la memoria motriz, tiene su origen en las experiencias perceptivo-motrices que a lo largo de la vida van conformando la conciencia motriz del individuo.
Luego entonces, de esta vinculación de ideas, haré una primera conclusión: la Educación Física y la Lectura concurren en la formación del individuo de una manera fundamental para su vida futura y, que una mala estimulación por parte del Maestro de grupo y del especialista de Educación Física tendrá serias repercusiones perceptivo-motrices en el sujeto social.
A partir de esta amalgama de la Educación Física y la Lectura construiré mi eje. Pues la afectación que ejerce una sobre otra, determina en gran medida el proceso educativo e incide en la calidad del mismo.
La práctica sistemática de la actividad física tiene la intención específica, de lograr el estímulo y desarrollo de habilidades en los diferentes ámbitos de la vida familiar, social y productiva.1
Así mismo la literatura, nos atañe a todos por igual, sea cual fuere nuestra ocupación, porque la literatura trata de la vida, los valores, lo que nos sucede a todos, nos ilustra Felipe Garrido.
Es bien sabido que la lectura se da primero de oído. El niño escucha y asimila palabras, conceptos. Sobre la base de los conceptos, está construido el mundo. Cada palabra que el niño aprende y experimenta lo enriquece, también aumenta y ordena el mundo psicológico del mismo. Los conceptos ayudan a satisfacer las necesidades inmediatas de uno. Los conceptos: 1.- Simplifican las tareas de aprendizaje. 2.- Facilitan la comunicación. 3.- Ayudan a distinguir entre la realidad y la imaginación.2 Hasta aquí, el individuo ha acumulado una gama de experiencias que le servirán de armas cuando llegué a la instrucción formal donde tendrá que aprender a leer y a escribir, dos habilidades que van a la par y que coadyuvaran a potenciar el hábito de la lectura (escribir es trazar las grafías (grafemas) sobre el papel de manera ordenada dándoles un sentido y leer, descifrar lo que el conjunto de signos significa, la escritura alfabética se basa en el grafema (letras) y fonemas (sílabas) el sonido de estas, y de este proceso cognoscitivo y perceptivo-motriz, nace la lectura).

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